Wednesday, November 29, 2006

Monday, November 27, 2006


De Morichalito queda mucho que contar

pese a que se sume más polvo a los recuerdos.



No le gusta la primera persona, le gusta la tercera. La última de la esquina, aquél, el de la otra cuadra, el que se ve a lo lejos. A él le encanta la tercera persona del singular o del plural. Como mejor dé, lo importa es que sea tercera. Pero le gusta la primera para llegar, para alcanza la cima, allí no le gusta la tercera porque sólo puede contar y no puede entrar. Y allí sí gusta hablar de primera y de los primeros, y por supuesto, estar entre los primeros. Estaba de primero cuando tuvo que aceptar el despecho ideológico del que sufrimos, entonces se bajó más allá del tercero llegando casi al quinto escalón, inventándose una persona para resguardarse a lo lejos, allá… por la sexta cuadra.

Deberíamos

hacer silencio

.

Saborear

los clavos

hasta

que

se nos ponga

la

lengua

morada.

Thursday, November 16, 2006

Noticiero preelectoral

Por estos días los murmullos ensordecen. Todos los sectores políticos se encuartelan ante un termómetro que aumenta los grados de incertidumbre. Aun en la universidad se discuten las razones para votar ¿Aun?

El staff de diseñadores revolucionarios no se dan a vasto para tanta demanda. “Por amor” pasó de moda. Rafael Ramírez no aguanta competencia y encabeza el countdown con el nuevo hit promocional “rojito rojito”.

A la opinión pública no le alcanza tantos ojos para tantas encuestas. Algunos dicen “y el show sólo comienza”. El presidente de la República anuncia el trueque para acabar con el cochino malvado dólar capitalista que tanto lo enceguece, se le abarrota en los bolsillos y se bebe con un trago de petróleo.

Los muertos votan y sino, los matan. El Conde renuncia “ni lo uno ni lo otro”, sigue jugando por el centro. El voto nulo se populariza y las capta huellas siguen en debate. Boina pa’ todo el mundo en el ente público y a corear se ha dicho: “Uh ah Chávez no se va” ¿Quién dijo que no hay libertad de expresión?

El pluralismo cuenta sus días. “Quítate tú pa’ ponerme yo”. Regresa la OEA y sus secuaces. Algunos ministros hacen las maletas “por si acaso”, las cuentas bancarias se mueven a millón. A raspar la olla “por si acaso”.

Se agotó la azúcar, escasean los enlatados. Promesas van, promesas vienen, y “si se atreven se arrepentirán” dice el oficialismo socialista. ¿Socialismo o Democracia? ¿En el siglo XXI?

Lula inaugura Orinoquia con discurso empalagoso pero con cuotas de inteligencia que sobrepasan el “amor” de Chávez. La inflación se dispara. Noviembre, el mes de las inauguraciones.

Por estos días los murmullos ensordecen. El miedo y la rabia se acrecientan en un termómetro electoral que no está definido. La persuasión es la popular competencia de estas horas. O termina de anochecer o amanece, pero que lo haga ya.

Jim Bourg - Reuters.
Estanque cercano al capitolio de Washington

Nos molestan los errores y para ellos las excusas son salvoconductos que sirven como remedio. Es más sencillo apostar a la perfección a la línea recta que no se desvía y que si lo hace, no importa, porque yo no lo vi. Es más fácil cerrar los dientes y dar la última palabra, colocar candado y que si tienen que haber implosiones también que yo no las vea. Hay más cosas sencillas que complicadas, de hecho lo complicado en todo esto es hacer sencillo lo complicado. Pero aun así, después de superado seguimos siendo sarcásticamente perfectos.

A nosotros nos dan piquiña los asuntos difíciles y los detalles son nimiedades sin sentido. Entonces me encuentro excedida en nimiedades que explotan solas, que se expanden a kilómetros en un alcance que es sólo mío. Los errores no se ven al espejo porque nunca se ven, no se encuentran. Es que da flojera ahondar, imagínate, el trabajo, las cuentas, el ahorro, las elecciones, el 3 de diciembre, ¿ponerse a filosofar en tercera persona? Eso es demasiado.

Somos espejos. No. Tú eres un espejo y yo soy otro, es que el lío de todo esto es que no asimilas la tercera persona del plural, que ya tú triunfaste y después de eso no hay meta.

Cada vez que escucho un discurso político o leo los que nos dirigen, me asusta, desde hace años, no oír nada que produzca un sonido humano. Son siempre las mismas palabras que dicen las mismas mentiras. Que los hombres se conformen con ellas, que la cólera del pueblo no haya abatido todavía a los fantoches, es una prueba, a mí modo de ver, de que los hombres no conceden ninguna importancia a sus gobiernos y que juegan, sí, realmente, juegan toda una parte de sus vidas y de sus llamados intereses vitales.

Albert Camus
Agosto 1937

El orgullo no debe pasar hambre. Se le debe satisfacer a sus anchas, con dietas ricas en rabietas, silencios, dientes apretujados, y sonrisas falsas. El orgullo siempre marca el mejor semblante, entre cada caso se encuentra remedio. El orgullo tiene sus cinco sentidos dispuestos a ganar batalla, a fortalecerse y traer medallas para colgar sobre la cama, títulos de honor que, en fin, sólo son honor. Pero de qué sirve el honor. Digamos que el orgullo forma parte del currículo, de la personalidad recia que gusta tener, del que marca pauta pero no es en extremo el fastidio de los orgullos.

Thursday, November 09, 2006

Era un bacanal criollo con vallenato y lenguas ancestrales

Llegar allí fue difícil, quizás una especie de fanatismo periodístico y espíritu quijotesco. Suponía ser desconocido en una cultura que poco a poco estigmatizó a los criollos y ha hecho de los nativos las victimas de una colonización, que aun después de 514 años no dejan de sentir. Algunos por un chip con marca Síragon y en otros por una historia que habla por sí misma.

El Orinoco, intoxicado de mineral, recibe en sus anchas como tablero de batalla naval. Caminos de barro explican el camino, mientras gente que viene, a paso lento, se detienen en observar. No hay manera de no ser un ente extraño, un explotador de su tierra y de su pobreza. Pobreza de techos que se aguantan en bolsas y de una tierra que no da frutos después de la quema.

Se descubre entonces un rincón de venas profundas. Un territorio pequeño, superlativo de una ciudad que heredó los vicios más populares de sublevar las penas. Una hipérbole de sentimientos maximizados en espacio de segundos. Puede que la intensidad de un éxtasis que explota desde lo más mísero hasta lo más grandioso.

Patricio es el capitán - o era hasta que las corrientes revolucionarias escogieran a Antonio - Porque eso sí, nadie puede negar que la revolución ha llegado a muchos sinfines, sólo que en muchos casos para engrandecer en desgracia. Para colocar nombres a las cosas, es decir, “usted es un explotado” “usted es victima del imperialismo” “usted es un excluido” “usted es un mísero del que nadie se compadeció”. En resumen: “Usted sigue siendo eso mismo, y estamos para recordárselo. Atte. Ministerio de Desarrollo Social”.

Bueno, quedé en que Patricio - para aquel entonces - era el jefe o capitán, como le llaman los waraos. Un hombre gigante en sabiduría, enorgullecido y conocedor de su historia. No dudó en contar como llegó en curiara desde Delta Amacuro, desde los caños hasta Cambalache. Se embarcó con sus 5 hijos y mujer en una curiara que construyó él mismo. Fueron noches terribles – cuenta Patricio. Recuerda la primera noche en tierra por un frío entumecedor y una tormenta que caía despiadada sobre las bolsas que los cubrían.

Patricio describe con claridad los problemas de la comunidad. En síntesis: sida, droga, alcoholismo, violencia doméstica, desempleo, desnutrición, altas tasas de natalidad y mortalidad. Hablamos de una población de no más de 300 habitantes, donde en promedio un niño muere cada semana por desnutrición.

Se pinta con distintas paletas en Cambalache. El cielo amanece despampanante con el matiz carmesí que sólo el mineral de hierro sabe dar, colinda hermoso y contaminado con el río. Se despierta el día. Las mujeres tejen el moriche, los hombres caminan hacia el basurero en busca de cobre y aluminio, los niños simplemente esperan a la maestra que a veces llega y otras no. Pero un stand de la Onidex y del CNE no falta en tiempos como estos.

Entonces Jacinto – embriagado - me pregunta a qué vine, si a ganar dinero con su pobreza o a hacer turismo. Me hace prometerle que volveré, que ayudaría y que no dejaría de visitarlos, anota mi número de teléfono enorgullecido porque ha aprendido en Misión Robinsón.

Era un bacanal criollo con vallenato y lenguas ancestrales la última vez que fui. Ana peleaba con Antonio a las manos, cabellos y pies, mientras que las 150 personas rodeaban a la pareja que se ahogaba en llanto, en alcohol y golpes. Recuerdo el frío intenso que sentí y el miedo que me paralizó. Aquello prometía convertirse en una riña de todos para todos sin mucha salida de escape más que los criollos.

No ocurrió nada, nosotros salimos enteros, Ana con unas cuantas hebras menos de cabello y Antonio convencido de que no podría engañarla.

Fueron tiempos intensos, contemplativos, indignantes y sumamente sentimentales. Tiempos pactados en sonrisas a los que no he vuelto, por miedo a que en el transcurso se me desasgan las manos o simplemente se queden enterradas allí.

Tuesday, November 07, 2006


Sirenitos. Varios niños en una clase de natación en la ciudad china de Jiesou.
EyePress- AP

Thursday, November 02, 2006

""El que se le olvide que estamos en medio de una revolución se lo vamos a recordar a carajazos"

Ministro de Energía y Minas, Rafael Ramírez

Quien aun dude – des ca ra da men te, de las intenciones esbozadas en estos 8 años, pues habrá que recordárselo a carajazos. Esa es la sentencia que mejor define el proyecto político que pretenden continuar los discípulos de un maestro que se ha encargado de enrumbar, a carajazos, hacia un socialismo del siglo XXI que la gente no entiende ni le interesa. El socialismo rojo se alza en consignas cuando pagan los aguinaldos, cuando cancelan la deuda interna, cuando incrementan el salario mínimo. Allí, al son de “por la plata baila el mono”, el socialismo del siglo XXI se digiere con par de cachitos, limonada frape y unos Levis nuevos, mientras sea así bailará el mono.


Falto to

Escribo retazos por todas partes, en uno, dos, tres cuadernos en todos falto yo el fuego de siempre, este largo suspiro que no...