Saturday, March 29, 2008

Pascua





Campamento Chirica Vieja 2008
Ciudad Guayana - Semana Santa

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No sabemos de los ruidos de nuestros cuerpos, del ruido ajeno en el piso de abajo, de la muchedumbre en el mercado, de los huesos partidos que ya no queremos recoger, de los versos añejados en la punta de la lengua, del ruido del cliché en los ojos enamorados, contengo tanto ruido y estoy tan llena de silencio. Acaparo el espacio de esta ciudad entre ríos con un par de suspiros, con ello hago ruido, el poco ruido que no necesito para vivir. El ruido que intenta asesinar los cuartos habitantes de soledad, de esa que no mata, que no suena, que es sincera, natural y sólo ella. El ruido de las camas vencidas, necesito el ruido silencioso de la sonrisa de la abuela susurrando “Te quiero”, necesito el ruido escandaloso de tus suelas saliendo de la habitación y a veces también necesito el silencio de la noche en el cuarto de atrás, con el cielo todo para él muy dentro del estómago. Cuando esta ciudad detesta sus voces nos manda a callar, con los relámpagos fuera de temporada o con la sequía en la presa, todo el ruido que no nos tragamos. Apenas el tragaluz distinto, el de estos ojos, el de esta mueca que se ancla en silencios ajenos para no pronunciar palabra.

Thursday, March 27, 2008

Cielitos





Cielo

Francisco cabeceaba en la nariz alargada de Julieta, sus pupilas dilatadas veían en el rostro de J un paisaje pastel y terracota en sus cabellos. Al menos no estamos solos por unas horas, decía Francisco para congraciarse. Se notaba que deseaba hablar, pero estaba callado, más que otras noches. La veía fumar inexpertamente en el balcón, se supone que para calentarse, quería abrazarla y tenerla minúscula debajo de la casa de tela para no soltarla nunca más. Pero se quedaba callado, era un silencio cómodo para Julieta, no tenía que explicar nada, entendía que todo estaba dicho, aclarado aquella vez en quedaron en la misma posición, con la frente hacia el mismo ángulo, pensando en lo mismo, la filosofía de costumbre después de la revolcada. Cumpliré 21, dijo J, y sonrió, con el comentario le decía viejo, eso le divertía. Le divertían muchas cosas, saber que tenía el control de los movimientos de los cortes de las telas y del sabor de su lengua, que cambiaba con frecuencia dependiendo del deseo, que últimamente dejaba añejar para pecado de Francisco. Él pensaba que ya era un hombre, un hombre de esos con bastante orgullo como para dejarse manipular por una mujer-niña, y era duro, incluso con él mismo. No decía nada, ni siquiera cuando su propio orgullo estaba en riesgo, callaba. Seguían aparentando tener una de esas relaciones que dicen ser del siglo XXI, excluidas del amor y de cosas virtuosas. Era mentira. Estaba enloquecido con Julieta, simular no estarlo era su opción. A Julieta le bastaba ser feliz unas horas un día de cada mes, al menos esa clase de felicidad atolondrada que parece una nota prolongada en el cielo sabanero. Me hacía falta este momento, le dijo, Francisco la siguió mirando y esas palabras quedaron talladas en el cielo de su boca.

Tuesday, March 25, 2008

contemplación etílica

Retorno

Te dije que volvería a escribir pero no pude. Que era más fácil hacer que conversaba contigo en el terminal – único sitio de encuentro abstracto – para poder recrearte, pero, te esfumaste entre las divagaciones, la última película y la enfermedad del sueño que está dando por mi cama últimamente. Se estropeó todo, el ritmo, la plenitud, el pedazo de desazón que no he dado a nadie y el cúmulo de pendientes que siempre navegan en mi cabeza sin puerto. Sí, porque soy desordenada. Roraima, Kukenan, Tek, Chirica Vieja, el abuelo, los velorios, los entierros, déjà vu, la manzana 1, el retorno, los buses en medio de la sabana, río tek y las ganas de no retornar. Todos en un paraíso de ausencia, de caminos intra e inter, una esperanza para los desaforados, para los amparados en la soledad perpetua, siempre estamos solos, dices. Es cierto. Este ha sido un buen relleno, viajes que fortalecen, ausencias que no pesan, un sabor distinto, un alto para la infamia. El camino es solitario para arribar al destino, eso me dijo Roraima.

Wednesday, March 05, 2008

Al Roraima me fui


Albúm de Paola


Las cuestiones en el país no están nada fáciles. El presi ha mandado a las tropitas a la frontera y yo, sin ton ni son, he decidido irme a visualizar el parapeto de guerra y a servir de chivo expiatorio desde la cima de nuestro querido tepuy Roraima. Desde allí, 2800 mt sobre el nivel del mar, espero ver más clarito todo este asuntico. Mochila en espalda, sombrero puesto y dispuesta a traerme los pulmones llenos de sábana y de mística. Por una semana estaré camino al Roraima, de regreso, tendrán las fotos. Si no regreso en siete días, por favor, mandar un helicoptero.

Falto to

Escribo retazos por todas partes, en uno, dos, tres cuadernos en todos falto yo el fuego de siempre, este largo suspiro que no...