Saturday, February 27, 2010

Callados

¿?

Ciudad Guayana, Edo. Bolívar
Alta Vista

Hombre preso que mira a su hijo


Cuando era como vos me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte era una redundancia
a quien se le ocurriría en un país
donde los presidentes andaban sin capangas.

Que la patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos.

Realmente no sabían un corno
pobrecitos creían que libertad
era tan sólo una palabra aguda
que muerte era tan sólo grave o llana
y cárceles por suerte una palabra esdrújula.

Olvidaban poner el acento en el hombre.

La culpa no era exactamente de ellos
sino de otros más duros y siniestros
y estos sí
como nos ensartaron
en la limpia república verbal
como idealizaron
la vidurria de vacas y estancieros
y como nos vendieron un ejército
que tomaba su mate en los cuarteles.

Uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede
por eso estoy aquí
mirándote y echándote
de menos.

Por eso es que no puedo despeinarte el jopo
ni ayudarte con la tabla del nueve
ni acribillarte a pelotazos.

Vos ya sabes que tuve que elegir otros juegos
y que los juegue en serio.

Y jugué por ejemplo a los ladrones
y los ladrones eran policías.

Y jugué por ejemplo a la escondida
y si te descubrían te mataban
y jugué a la mancha
y era de sangre.

Botija aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides.

Por eso no te oculto que me dieron picana
que casi me revientan los riñones
todas estas llagas hinchazones y heridas
que tus ojos redondos
miran hipnotizados
son durísimos golpes
son botas en la cara
demasiado dolor para que te lo oculte
demasiado suplicio para que se me borre.

Pero también es bueno que conozcas
que tu viejo calló
o puteó como un loco
que es una linda forma de callar.

Que tu viejo olvidó todos los números
(por eso no podría ayudarte en las tablas)
y por lo tanto todos los teléfonos.

Y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
y en que esquina
en que bar
que parada
que casa.

Y acordarse de vos
de tu carita
lo ayudaba a callar.

Una cosa es morirse de dolor
y otra cosa es morirse de vergüenza.

Por eso ahora
me podés preguntar
y sobre todo
puedo yo responder.

Uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere.

Llora nomas botija
son macanas
que los hombres no lloran
aquí lloramos todos.

Gritamos berreamos moqueamos chillamos
maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse.

Llora
pero no olvides.

Mario Benedetti

Tuesday, February 23, 2010

Remembranzas

Remembranzas

En casa

Las moscas tienen fiesta en casa con el cáncer. Juegan, murmuran, desayunan, construyen historia, gritan y dibujan cosas en el aire. Es una parranda que sólo ellas disfrutan con la paz de los muertos.

En casa hay silencio en suspenso desde que el agua nos comienza a llegar a los pies, quedan pistas por doquier de lo que no se hizo. Mi tía Chela dice que ésta es una enfermedad de los valientes y de los que sádicamente purifican su cuerpo.

Hay sombra en casa desde que tenemos visita sin avisar. Desde que a los vecinos les dio por hablar de lo que les duele y contar su historia.

Somos dueños de la sombra desde que el pasado es más largo y desde que entendemos menos el presente. A veces, cuando entiendo más, son más años los que llevo encima.

No hay paz desde que el otro tiene nombre y las fronteras son más amplias.

La paz murió con la indiferencia. ¿Quién puede ser feliz con el dolor de María?, ¿quién es feliz devorándose?

Hay un vacío abierto desde que en la tumba cabemos todos.


Mayo de 2006

Monday, February 22, 2010

Los nadie II


Atónitos
Cargado originalmente por Clavel A. Rangel

Los nadie

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer,
ni hoy, ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pié derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños
de nada.

Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida,
jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos
que la bala que los mata.


Eduardo Galeano

Wednesday, February 17, 2010

"La noche, con sus voces se adueñó de mi"...


Cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos, un diccionario de caras y días y perfumes que vuelven como los verbos y los adjetivos en el discurso, adelantándose solapados a la cosa en sí, al presente puro, entristeciéndonos o aleccionándonolos vicariamente hasta que el propio ser se vuelve vicario, la cara que mira hacia atrás abre grande los ojos, la verdadera cara se borra poco a poco como en las viejas fotos y Jano de golpe es cualquiera de nosotros

21, Rayuela




Tuesday, February 09, 2010

El trabajo para el hombre...



Lente: Clavel Rangel
Ciudad Guayana, 2010

El trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo

25 años de la visita del Papa Juan Pablo II

Edición Correo del Caroní , enero de 1985

Hoy somos testigos de las transformaciones causadas por las ciencias y tecnologías aplicadas por la inteligencia del hombre. Pero a la par que el instrumento técnico tiene un valor positivo, porque ayuda a ejercer el dominio inteligente y responsable del hombre sobre la tierra, también surgen serias dudas e interrogantes; porque la técnica puede llegar - y ha llegado a ser – alienante y manipuladora, hasta el punto de deber rechazar moralmente la presencia de una cierta ideología de la técnica, porque ha impuesto la primacía de la materia sobre el espíritu, de las cosas sobre la persona, de la técnica sobre la moral.

Esta tendencia deshumanizante y despersonalizante explica por qué la Iglesia no se cansa de pedir una revisión radical de las nociones de progreso y desarrollo: lo hizo el Papa Pablo VI en su encíclica “Populorum Progressio

¿Hasta cuando tendrá que soportar injustamente el hombre y los hombres del Tercer Mundo, la primacía de los procesos economicistas sobre los inviolables derechos humanos y en particular, de los derechos de los trabajadores y de sus familias?

Es aquí, en los valores y derechos humanos inviolables y sagrados de la persona, donde hay que pensar y definir de nuevo las nociones de desarrollo y progreso.

En la intención de Dios se ve claramente que el trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo.

Este principio de la dignidad de la persona del trabajador es el que tiene que determinar las estructuras posibles de los sistemas industriales de producción y de todo proceso económico, político y social; si no se quiere continuar en el espantoso desequilibrio del mínimo porcentaje que goza de los bienes, frente a un alto porcentaje que carece de ellos, sobre todo en los países del Tercer Mundo.

Son desproporcionadas las grandes diferencias de posición social y de privilegio salarial entre unos y otros. El trabajo es un bien del hombre y es un bien para todos, a pesar de la fatiga que conlleva, y no para unos pocos.

El trabajo está subordinado a los fines propios del hombre y de la humanidad, estando en primer plano la familia como comunidad interpersonal de un hombre y una mujer, llamados a transmitir la vida a los hijos.

El trabajo es para la familia y no la familia para el trabajo.

En las condiciones actuales de Ciudad Guayana, desarrollada fundamental alrededor y en función del trabajo industrial, con gentes procedentes de todas las categorías sociales: obreros, técnicos, profesionales, permitidme recordarles algunas ideas centrales de mi Encíclica.

A pesar de la fatiga y el esfuerzo que requiere, el trabajo no deja de ser un bien. “Este carácter del hombre humano, totalmente positivo y creativo, educativo y meritorio, debe constituir el fundamento de las valoraciones y de las decisiones, que hoy se toman al respecto, incluso referida a los derechos subjetivos del hombre. Por tanto, es necesario colocar constantemente en primer plano, “el principio de la prioridad del trabajo frente al capital”.

A la luz de este principio hay que estudiar “el gran conflicto” que se ha manifestado y continúa manifestándose después de dos siglos entre el mundo del capital y el mundo del trabajo. Aceptando que el trabajo y el capital son componentes inseparables del proceso de producción, para superar el antagonismo entre uno y otro se impone la necesidad de impone la necesidad de una permanente concertación de legítimos intereses y aspiraciones; concertación entre aquellos que disponen de los medios de producción y los trabajadores.

Pero “los justos esfuerzos por asegurar los derechos de los trabajadores… deben tener siempre en cuanta las limitaciones que impone la situación económica general del país. Las exigencias sindicales no pueden transformarse en una especie de egoísmo de grupo o de clase, por más que puedan y deban tender también a corregir – con miras al bien común de toda la sociedad – incluso todo lo que es defectuoso en el sistema de la propiedad de los medios de producción o en el modo de administrarlos o de disponer de ellos”.

Juan Pablo II, 1985

Falto to

Escribo retazos por todas partes, en uno, dos, tres cuadernos en todos falto yo el fuego de siempre, este largo suspiro que no...