Cuando me vacío quedo con sabor a limonada sin azúcar, en blanco saboreando la nada. Con el olfato culpable de alcohol deseando la no existencia y con las manos ociosas haciendo desastres en el cuerpo, jugando a las tijeras y al abstracto. Yo sé muy bien como se hace, lo hago siempre cuando entre tanto el polvo sabe más en los labios que en el pasado. Se procede así. Se rompen las costuras, preferiblemente desde arriba, apartándose el cabello se van extrayendo: ideas, delirios, carcomías, conjuros, maldiciones, rabias, sentimientos, soledades, sonrisas, recuerdos, hígado, corazón, pulmones y con cuidado, uno a uno los huesos. Se procura estirar la piel y de repente soy una tela tendida en medio camino, con unas cuantas venas in- estructuradas. Entonces construyo castillos con los huesos, murallas con los dientes y hago soldaditos de los músculos, y disfruto creando ciudades de sentimientos que al cabo se hacen guerra con las rabias, después el cabello se hace nube que poco a poco hace combustión entre tanta guerra. Seguido, nacen ríos de la sangre, lanzo células como delfines en busca de mar y de los ojos globos que se van volando entre materia gris. Es divertido no existir, hacerse polvo, erosionarse, hacerse trizas y por último comprender que soy una pieza que no se arma.
esas son las instructions
ReplyDeletepara hacer una limonada???
Una especial, si la quieres probar...allí tienes las instrucciones.
ReplyDeleteoye estoy loco o tus post aparecen y desaparecen, dime que no es un delirio!!
ReplyDeletePueden ser sus delirios Sr. Ramón, pero creo que usted es el único partícipe de esto. Jejejeje....
ReplyDeleteAquí hay magia!
Me encanta tu blog Nelke.
ReplyDeleteEspecialmente este post y el de la ventana.
Un placer leerte.