Me hace falta separarte en estrofas. Otorgarnos por minutos el ruido de los ciegos, citarnos en las extremidades y desarmar el cuerpo. Prefiero soltar los labios, dejarlos andar minuciosamente, encontrarte siendo nadie, encontrarte naciendo desde el centro de tú extremo. Como si de repente mi mundo terminara en tu pecho unidos de repente sin palabras sin nada, sin temor a los años porque no los hay, porque no hay nada, ni amaneceres. Pensar…, pensar siquiera que sólo nos queda éste.
nel, sinceramente hermoso.
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