No le gusta la primera persona, le gusta la tercera. La última de la esquina, aquél, el de la otra cuadra, el que se ve a lo lejos. A él le encanta la tercera persona del singular o del plural. Como mejor dé, lo importa es que sea tercera. Pero le gusta la primera para llegar, para alcanza la cima, allí no le gusta la tercera porque sólo puede contar y no puede entrar. Y allí sí gusta hablar de primera y de los primeros, y por supuesto, estar entre los primeros. Estaba de primero cuando tuvo que aceptar el despecho ideológico del que sufrimos, entonces se bajó más allá del tercero llegando casi al quinto escalón, inventándose una persona para resguardarse a lo lejos, allá… por la sexta cuadra.
Que la peinen en la peluquería
ReplyDeletePongase muy bonita
Mejor con vestido nuevo
Con unos zapatos cómodos
Y salga a bailar y bailar