Dicen que el marcador se coloca en cero y todo vuelve a contarse. Que este año es el número de la suerte y que somos búhos en el silencio de la noche mascullando la libertad. De pronto tenemos los bolsillos generosos y estamos abiertos a cualquier discurso que no profundice en la sien. Nos hace falta el sonido de los grillos, la lámpara encendida en la última página de la constitución. Acá dentro, en el perfil de la noche, todo marca cero y son los muertos los que más saben de la luz. Se avecinan las predicciones en una ciudad de acero y aluminio que no alcanza para dar de comer en sus fronteras. Se le dio todo, desde el cuerpo, las cejas quemadas y los pómulos manchados, se ha dado todo. Pero la patria vuelve a cero, es la lucha nueva sin trinchera, sin camisón, en el mismo lío mascullando el himno.
si escribieras una novela, yo la leería.
ReplyDeleteHermoso. Me hiciste recordar de un viejo poema de José Emilio Pacheco que aprecio mucho. Aquí te lo copio. Saludos.
ReplyDeleteALTA TRAICIÓN
No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.