Monday, April 09, 2007


Puede ser el exceso de poco rodar o las ganas de andar. Pero eran patines fascinantes. Una torre de pelotas de tenis verdes, naranja, fluorescente, los hacían rodar. En verdad sólo 4, pero querías tomarlas todas, te hubiese gustado tomarlas todas. Y rodaban sin dificultad en ambos patines gigantes y espaciales. Después de patinar, tomas tu bolsa de tocineta tostada y te largas. Así de simple, con olor a tocino.


Serie: sueños de tarde I

No comments:

Post a Comment

Falto to

Escribo retazos por todas partes, en uno, dos, tres cuadernos en todos falto yo el fuego de siempre, este largo suspiro que no...