- Mataron a otro – dijo Richard cuando llegué.
- Vino a quebrar al indio y lo quebraron a él – dijo entre risas y una pizca de sorpresa.
- ¿Trajiste los palitos chinos? – me preguntó.
- Sí, Richard – le dije.
- Te estábamos esperando – y sonrió.
Escribo retazos por todas partes, en uno, dos, tres cuadernos en todos falto yo el fuego de siempre, este largo suspiro que no...
buena esta nel! u know 6 feet under
ReplyDeleteHay días en los que se amanece sensible, y un Hemingway dice más que tres Faulkner; sólo esos días.
ReplyDeletesaludos,