Es fácil mecer el pie coordinando el otro. Si un pie nos sigue a otro, ¿qué pasa? Nos quedamos sentados, viéndonos. Amarrados de lo poco que sabemos, del maltrecho camino. Es más fácil cuando hacemos caminitos de arena como en una percusión chucuta, haciendo formas en la tierra, sentados. En fin, sin temor a perder.
Siempre está la opción de arrastrarse, amiga... sea cual sea el camino. Lo importante es avanzar... ya podremos incorporarnos, caminar, correr, volar...
ReplyDelete¡Va un abrazo!
yo me la paso con mi cajita de arena y mi rastrillo y si acaso me atrevo acoordinar llego a la playa y mi pie, uno a la ves, rastrilla
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