Como se nos pinta esto, con luciérnagas y estrellas hipnotizadas, con mil despedidas por las ventanas, con retazos de historias que no se cuentan en un cementerio de palabras. Acaso nos toca averiguarnos el futuro en otras vidas, en otros momentos, reforzar los cuentos, los meses de abril y las salidas clandestinas con otros cuerpos. Estamos acomodados en la puerta del círculo, en las cosas que no quisimos arreglar, en este cuento que no se inventa en media cobija ni en los domingos reflejados en el televisor, ni siquiera en la lluvia de los sábados, ni en las salidas que dejamos de hacer. A parte, como todo, son puntos con su ritmo, con sus dolores de costillas, dolores de pecho y de las extremidades que no se vuelven a tocar, por los desencuentros en luna llena cuando nos regalábamos la vida. Es preciso, este claudicar de momento, es mi obsesión de media noche que no tengo reparo en acomodarme a la casa, al orden, a las reglas de este templo de recuerdos congelados. Yo, persisto en un estoico fingir, que menos me cuestan estos años, que más le falta a esta historia, y que me he dedicado a escribir epitafios, hasta que resuciten los vivos de los cuartos oscuros.
epitafios siempre fue una de tus palabras favoritas, la recuerdo desde hace 3 años
ReplyDeleteaunque muchas veces lo desconozcas,hay quien necesita la belleza que desprendes,florece.Un abrazo.
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