Friday, October 24, 2008

Contracción

Nuestras lenguas no son correctas, tardan mucho en fundirse, luego se deshacen. Hace tiempo que no nos vemos por temor a dejar nuestras penas sobre la mesa: no nos amamos. No es que yo tenga mucho que decir Julia, precisamente se trata de que sigo teniendo ese malestar, ese cáncer en la garganta que no tolera las quimioterapias de tu voz. Bastante que he sido un hombre comprensivo, un varón que ha sabido codearse entre tus faldas y que ha dicho que le encantas porque no se atreve a decir que te ama, para escuchar el canto profundo del silencio. Julia, sabes muy bien que nuestras lenguas son un pasadizo al paladar. Me pregunto, cuándo dejaremos de ser dos imanes que se ven siempre uno sobre otro. Disfruto tus piernas, el sabor de tus hombros, el bosque lluvioso de tus cabellos y sigo estando en el mismo portal, un centro sin norte. Me cansé de ser un pecado al que no se le quiere redimir.

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