De Macagua nacen enredaderas de algodón. Suben hasta el
cielo como toboganes de luz. El sol no se apaga, ni cuando una estampida de
nubes se agolpan en esta pared del sur. Quiero detener el momento. Saltar sobre
estas aguas, flotar ligero, ahogarme en esta brisa de diciembre 2019. ¿Cómo es
el futuro? ¿De qué color es junio 2020? ¿Cuál es el rostro de una familia?
Quiero desenredar cada nudo en mi espalda, cada centímetro que dejas… del que
no estás y llenarme de mí. Estirar mis hombros, soltar los brazos, poseerte e
iluminarme por dentro. Limpiar cada herida de este amanecer tardío, cada
comparación absurda, cada duda adolescente innecesaria y perdonar. Perdonar que
pude ser más fuerte, que pude ser más segura… porque mi existencia era
suficiente.
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