Eres la neblina en mis ojos.
El remordimiento que nunca termina,
La fiesta de mi conciencia.
Eres como una noche sin estrellas
El lugar común que todos pronuncian
El peso en mis hombros subiendo la colina.
Eres el escándalo en mi cabeza
El silencio que nunca consigo.
La genialidad en un vaso de agua.
Eres tacaño sólo como tú.
El descanso que no existe.
Las palabras que nunca pronuncio.
Eres inevitablemente mío
Como el sol le pertenece al día.
La condena de mis silencios.
Eres tú, pensamiento…
las ideas que nunca escribo.
Castigo para ellas es no ser pensadas.
3 de marzo de 2005.
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